lunes, 29 de agosto de 2011

De puntillas sobre la Feria de Teatro


Poco he podido disfrutar de la Feria de Teatro este año así que no le puedo dedicar un post como Dios manda, como el del pasado año. Ya sabéis, el trabajo. Maté el gusanillo viernes y sábado con "Carmen" y "Dogville".

"Carmen" bien, correcta. La novela de Meriemee creó un personaje que sobrevivirá al paso del tiempo porque porta esos rasgos reconocibles por todos, porque entendemos su fuerza y nos reconocemos en sus debilidades. Un montaje basado en ese texto nunca puede salir mal. Lo que ya no acabo de comprender es ese afán gratuito por innovar sin conseguir nada a cambio. Las licencias y cambios finales con el pretendido fin de adaptarlo a nuestros tiempos y buscar nuevas lecturas me parece fallido. Que se le reste fuerza dramática al clímax de la obra con situaciones cómicas se me antoja dislate. ¿Por qué cambiar lo que bien está?

"Dogville". Grande "Dogville". Grande el montaje de Rayuela. Recuerdo la primera vez que vi la película de Lars Von Trier. No tenía muy claro si estaba ante una obra maestra o ante una majadería del danés. Sé que tengo problemas con estos francotiradores que son o se creen especiales. A veces me cuesta diferenciar qué es real y qué pose. Por eso es tan bueno el "Celebrities" de la Muchachada. He visto buenas películas del movimiento "Dogma" (el de la cámara en mano que prohíbe la iluminación artificial o la música, etc.) pero reconozco que a veces estos tipos me parecen pretenciosos y demasiados pagados de sí mismos. Ante propuestas tan arriesgadas, el problema es saber diferenciar el grano de la paja. Estas escenas están llenas de cretinos pero también hay grandes autores. Posteriore lecturas de la película me confirmaron que estaba ante lo que para mí, era obra maestra.

El acertado y brillante montaje de Rayuela, la adaptación del texto y la magnífica interpretación de los actores me lo confirmó. De diez. Alguien decía que un clásico nunca termina de decir todo lo que tiene que contar. Para mí "Dogville" tiene factura de clásico. Partiendo de los habitantes de un miserable pueblo en las Rocosas americanas, realmente el texto nos habla de la naturaleza humana. Nos habla del miedo, del poder sobre los demás, del fascismo, del odio, de la violencia. Valora el fuego purificador de la justicia y la venganza. "Homo homini lupus". El hombre más lobo que nunca. Una visión desencantada del ser humano donde pueden más los bajos instintos -¿los únicos reales?-, que cualquier convención civilizadora, que cualquier afán bienhechor. En tiempos leí que retratraba la visión que Trier tenía de Estados Unidos. En parte estoy de acuerdo pero opino que la obra tiene una vocación más universal.

La película de Von Trier acaba con una canción tremenda de David Bowie, "Young Americans" -además, escucharla en una sala de cine, a ese volumen y con ese equipo de sonido es un lujazo-. Cuando de adolescente me empecé a interesar en serio por la música y el rock and roll en particular, Bowie no me acababa de entrar. Después, ya más maduro y con menos prejuicios, empecé a descubrir la magnitud de su obra y reconocí al británico como autor de algunas mejores canciones de la historia de la música. Ésta representa una etapa diferente, influida por traatlánticos sonidos ajenos a los que aplica una pátina de fábrica propia. El vídeo son los créditos finales con una serie de fotos tremendas de la América más profunda y miserable, la que hunde sus raíces en Steinbeck. Echadle un vistazo. Merece la pena.

2 comentarios:

Tania dijo...

Gracias por la recomendación, le daré un vistazo!
bss
Tania

Atalanta dijo...

Tania, espero que no te decepcione. Te aviso que es muy amarga y dura.