viernes, 16 de septiembre de 2011

De letras


Normalmente disfruto con las charlas de política seria y con sesudos textos sobre el tema. Una buena tertulia política, con opiniones fundadas y de interés,  con mentes preparadas a la vez que reveladoras o arriesgadas, me parece la mar de  entretenida. Supongo que es una afición que me viene de mi gusto por la historia desde siempre y de mi formación jurídica.

Sin embargo no sé qué me ocurre en los últimos tiempos que el tema está perdiendo su atractivo. Mañana tras mañana todo está tan mal, la situación es tan caótica, todos los mensajes resultan tan desesperanzadores, todo es tan incomprensible que a veces siento la tentación de apagar la radio y olvidarme de los periódicos. Me gusta escuchar  ambos extremos de la escena y últimamente todo parece tan estúpido que siento que pierdo el tiempo.  En ocasiones me resulta hasta sonrojante formular una opinión sobre algún tema al recordar  determinados personajes que se expresaron de igual forma. Me siento tan mediatizado, tan carente de los verdaderos elementos de juicio que me da que ni al más avispado se le alcanzan, que simplemente prefiero callarme. Me intuyo tan impotente y utilizado que a veces pienso que no es mi voz la que habla, que me estoy convirtiendo en un ridículo títere.

Progresivamente voy soportando o deseando cada vez más frecuentes, cómodos y extraños periodos de aislamiento en los que  me aparto de la "vida real", que paradójicamente viene siendo  la que se emite a través de un monitor o se lee en artículo, obra de un asalariado con ciertas luces. Es entonces cuando me refugio en la música, en las películas, en los libros, sobre todo los libros por los que, a pesar de no tener tiempo, estoy recuperando voracidad. Desconecto de la actualidad, me marcho de la realidad.

Estoy empezando a sentir lo que me ocurrió hace unos años con el fútbol  y las retransmisiones deportivas. Yo era, como tantos millones de personas, futbolero militante; no me perdía ni un partido de mi equipo hasta que un día, de pronto, me olvidé del tema. Todo me parecía un ingente despilfarro de mi tiempo y energía al servicio de la nada. Ahora no es que no vea fútbol, es que no veo nada. A día de hoy, me parece increíble que yo, que jugué a baloncesto toda mi vida, no haya visto ni un partido del "Europeo".

Algo similar me está ocurriendo con la escena política y económica. Estoy entrando en un estado que básicamente se traduce en que casi todo me da lo mismo. Creo que ni siquiera votaré el 20 de Noviembre. Entre la "I" de “Indignados” y la "I" de “Interconomía” hay un trecho que yo ya no recorreré. Sé que es una actitud censurable en muchos sentidos pero cada uno es como es. Me siento fuera, ajeno a este mundo y a la mayoría de sus motivaciones.

No aspiro a gran cosa, me basta con sentir mi cuerpo sumergido en un río helado,  sentarme  melancólico frente al mar, buscar el horizonte en la cima de una montaña esperando a que mi cuerpo recupere el reposo tras una dura ascensión. Me basta con centrarme en mi gente, con intentar hacerlo bien con los que me rodean. Se me está acabando la capacidad para escuchar, para hablar en abstracto, para discutir sobre generalidades, para hacer afirmaciones de las que no estoy seguro.

Estoy de acuerdo en que la única revolución posible es la de uno mismo. Soy escéptico con los movimientos sociales, con la masa. No sé quién dijo aquello de “Que paren el mundo, que yo me bajo”. Me gusta. Cada vez tengo más claro que estoy a punto de ver el último telediario de mi vida. Creo que no tienen nada que ver conmigo. Definitivamente estoy por abandonar los asuntos de la "res publica". Cuando estudiábamos, yo siempre fui de letras. Tal vez ése sea hoy el único refugio sensato y seguro. Una especie de cabaña de cartón piedra fabricada con haces de versos y notas, a salvo del temporal.

Mi patria no es una bandera, mi patria está formada por todo lo que se expresa en esos pequeños hallazgos que nunca se agotan, que siguen apareciendo cada día, sean de ayer o de hace quinientos años y ésos casi siempre están en las páginas de los libros, en las líneas que expresaron las ideas de un autor.

Os dejo el último, la versión de “I can´t make you love me” de Bonnie Raitt a cargo de Bon Iver que me descubrió ayer Joserra. Lo mejor del desamor es que puedes componer, interpretar, entender, gozar o auto compadecerte sin pudor con una de estos tesoros.

El amigo Justin lo ha vuelto a conseguir –y van unas cuantas-. Me ha vuelto a emocionar hasta el tuétano.

Como sé que  muchos la ibais a volver a escuchar, os dejo también la misma canción con la letra. Era necesario que se la vierais tocar y cantar. Seguro que me comprendéis.

13 comentarios:

Xocas dijo...

Esto que cuentas me es muy familiar. Cada vez me cuesta más ver un telediario, escuchar la radio o leer la prensa. En lo que discrepo es que el mundo real sea ese. El mundo real es el que te rodea y no el que hacen algunos para tí (o mí). Por eso es tan importante cuidar a los que te rodean, en un sentido amplio de la palabra.

Curs Actic 2 dijo...

Una gran entrada con la que me siento identificado casi al 100%. Felicidades, me ha encantado!
Un saludo!

Phaeton dijo...

Lo que pasa es que estás mayor.

Yo también, hay mucho ruido ahí fuera y en realidad a lo único que aspiro es a que me dejen en paz.

Mientras tu nevera esté llena y ese "ruido" no se meta en tu casa a llevarse tus discos o a decirte los libros que tienes o no que leer pues todo perfecto.

Lo malo es que...

davidiego dijo...

como dice phaeton está bien perseguir la ataraxia, el problema es cuando osen perturbar tu paz desde fuera.

y si no votas te toca callar 4 años.

Atalanta dijo...

Xocas, el problema es que ese "mundo real", el de la crisis y la política nos acaba afectando a todos aunque no quieras pero tienes toda la razón. Nos lo tienen que recordar.

Rubén, gracias. Lo malo es que haya tanta gente desencantada.

Phaeton, eso sí es verdad y cada día lo pienso más. Estoy mayor. La energía que utilizo en algunos ámbitos de mi vida, me falta en otros. Me da pereza posicionarme respecto a según qué temas.

David, al final la cabaña no va a ser metafórica. Me veo dentro unos años años como un eremita en medio del monte, sin votar y sin quejarme.

Tania dijo...

He visto la frase de Que paren el mundo, que yo me bajo en una viñeta de Mafalda :-)
No creas que eres el único que está saturado de todo, creo que la gran mayoría está así, vivimos una crisis privada con consecuencias sociales y siempre más de lo mismo.
De hecho mi madre que está en Panamá se entera de más cosas de España que yo que estoy aquí :-)
bss
Tania

Joserra dijo...

Westman, cuanta razón...si hubiera algo en que ilusionarse a nivel global, nos hemos atrapado en semejante telaraña...que sólo queda lo cotidiano, intentar que en nuestro mundo cercano reine un poco la cordura y el sentido común, más no veo posible, salvo que tuviéramos los cojones de salir todos en tropel a protestar y a eso amigo no estamos dispuestos, una generación cobarde porque aunque está puteada con el tema del empleo, es una generación del bienestar. he estado mirando vídeos de Donny Hathaway porque le quiero hacer un especial en la Land y he visto a un tío comentando que cuando escucha su canción Someday we´ll be free ( p.o.m. Abel) llora porque le recuerda el esfuerzo que han hecho sus ancestros para que él esté tan calentito...
Pues yo creo que el problema es que nuestros nietos, si seguimos así, no piensen lo mismo porque lo único que nos preocupa y no pasamos los 50, es tener una pensión y retirarnos a tocarnos la panza...eso es horrible.Pero bueno yendo al terreno de música Bon Iver es algo esencial que debemos transmitir a todos, cura y te hace reflexionar...UN ABRAZO y gracias por hacernos pensar también!

Javier dijo...

Nunca ha sido tan fácil adquirir información, pero quizá nunca ha sido tan difícil comprender la realidad o, dicho de otro modo, digerir toda esa información.
Quizá ahora se haga evidente la necesidad de las denostadas "letras" para generar sentido; quizá empecemos a percibir las carencias y el empobrecimiento espiritual que genera la cultura de masas; quizá el deseo de aislamiento lo sea de distanciamiento, aquél que es necesario para que nuestros ojos puedan ver un objeto demasiado cercano. Nadie que sienta el impulso de la curiosidad, el placer del conocimiento, el dolor de la incomprensión, renuncia al conocimiento. Así como, perder el gusto por los informativos, los periódicos o los debates no es perder el interés por los problemas éticos de nuestro tiempo.

Lou Rambler dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lou Rambler dijo...

No sé si será la crisis de los 40, pero yo llevo en este plan desde hace casi dos años, últimamente, creo que por el cambio de aires se me está pasando un poco... pero recuerdo que hace un año había llegado a un punto en que todo me la sudaba, no tenía ilusión por nada y no quería saber nada del mundo, sentía que no iba conmigo, simplemente no quería saber nada de él, desconectarme por completo. Pero lo que dice Joserra es muy cierto...somos una generación cobarde, educada en la deblidad y la comodidad, aunque al mismo tiempo puedo sentir el peso una responsabilidad que no sé como afrontar... y la solución más fácil quizá sea la de encerrarnos y aferrarnos a lo poco que nos hace sentir bien... quizá también sea la única que en estos tiempos vale la pena. Ni siquiera estoy seguro de lo que digo, solo pienso en voz alta...
Quizá lo más grave es que a pesar de ser consciente de eso sigue interesándome todo una mierda porque siento que haga lo que haga todo seguirá igual. No somos nosotros quienes hemos creado este mundo de mierda, pero en nuestras manos está la posibilidad de cambiarlo, somos conscientes de ello... y sin embargo sentimos que no podemos hacerlo porque simplemente es como si algo hubieran olvidado transmitirnos por el camino, nos faltan cimientos... es frustrante...
La música, los libros, el pequeño mundo cotidiano que me rodea (y que deliberadamente convierto en algo cada vez en más pequeño), esta pequeña realidad virtual donde lanzar mis mensajes a quien quiera escucharlos sin esperar respuesta..., la belleza de la naturaleza que todavía podemos disfrutar... debería decir que no quiero nada más, pero mentiría, lo que digo es que me resigno y me conformo con tener eso...
Aun me hierbe la sangre con muchas cosas... pero ya estoy cansado, simplemente he renunciado...

Bon Iver, lo descubrí por Joserra y Tsi... eso sí es medicina para el alma, la música es la cura...
Un abrazo

El crusti dijo...

No me consuela ver como estás acabando en el mismo parking que yo...
Me da mucho asco ver donde llegamos y lo insolidarios que somos en una situación como la actual.
del tema económico, ya te comenté: la economía lo aguanta todo. Los políticos necesitan dinero para desilfarrar y el dinero lo tienen los bancos así que a sus pies. Como los bancos no tienen pues a los pies de quien compre deuda pública. Y si no la compran pues a los pies...de los caballos. la ciudadanía, claro, ellos están por encima de lb ien y del mal. ¿A alguien se le ocurre que no existe legislación penal relativa al despilfarro de fondos públicos? Porque si yo dilapido mis ahorros y no pago al banco (o a la administración, o cualquier acreedor) y no tengo bienes pues probablemente de con mis huesos en prisión. Pero ¿y un cargo público?. Leo en twitter que las autonomías ya tienen cerca del 12.4% del PIB de deuda (cuando el objetivo fijado es el 6% ), con lo cual en tiempo de crisis...¡¡ se ha duplicado la deuda!!. Ayer escuché que en la Rioja llegaría al 1% de déficit. ¿Por qué hay políticos responsables y otros que dilapidan sin límite ni control y no pasa nada? ¿Y a los encargados de auditar las cuentas no les pasa nada? ¿Nadie se da cuenta de las facturas sin contabilizar en la comunidad de CLM? ¿Como se pasan las auditorías? (Vale el caso Lehman Brothers como ejemplo de pasar auditorías con beneficios y quebrar un poco después). ¿Qué cachondeo es éste? ¿por qué? ¿POr qué? ¿por qué? (que diría un clásico)
No me quiero calentar, sólo quiero un puesto de trabajo.
Me voy a tomar una cerveza y a ver algún sesudo programa de viernes noche en TV(¿?).
Un abrazo
Santi
P.D. Buen post, al final nuestra ideología el sentido común y cierto eclecticismo, derivado de nuestra avidez de adquirir cultura por el canal "no oficial" (alias adoctrinamiento).

Javier dijo...

La reacción de refugiarse en los placeres y aislarse del caótico mundo me recuerda uno de los lemas de Epicuro: vive oculto.

Atalanta dijo...

Tania, es que le va muy bien al pesonaje a Mafalda. Tú lo explicas mejor que nadie con lo que me cuentas de tu madre. Al final, bajamos los brazos y cada uno a los suyo.

Joserra, mucha razón. Yo soy el primero que aguanto lo que me echen. No soy yo mucho de romper cosas, de manifestarme y demás. Supongo que es el carácter, el temple. Quizá yo me expreso mejor escribiendo. Quizá soy demasiado individualista. En cualquier causa común, me da por pensar qué tengo yo que ver con éste otro si en casi nada estoy de acuerdo con él. Supongo que se necesita partir de unos mínimos. De acuerdo con ese retrato de generación mezquina y acomodada aunque creo que lo peor está por llegar. Yo siempre insisto, hay que conformarse con menos y valorar lo poquito. Donny tremendo. Entiendo lo que dices. Justin, ¿qué te voy a contar de nuevo, amigo?

Plato, completamente de acuerdo. Justo ahora que en educación se tiende a cercenar todo lo que no sea útil para ese hipotético futuro trabajo. ¿De que te sirve el latín, la literatura, la historia, la filosofía? Mal vamos aunque es mi punto de vista y yo soy un poco raro. ¿El placer? Puede ser en algunos temas pero a menudo lo evito conscientemente y busco terrenos más pedregosos que me enseñan más y creo que me hacen crecer.

Joder, Lou, creo que ya te lo he dicho alguna vez pero de verdad que varias veces me ha dado la impresión de que somos muy parecidos. A ver si algún día nos conocemos.

SAnti, te noto quemado :) Ahí queda tu aportación con la que no puedo estar más de acuerdo. Con estos comentarios, me completáis y mejoráis la entrada que da gusto. Seguiremos por los canales no oficiales buscando cositas y compartiéndolas entre nosotros.

Abrazo para todos.