LLevo años queriéndole dedicar un artículo a Loquillo. Esas previsibles líneas de tono nostálgico y sentío aún están por escribir. Nunca pensé que el detonante de la primera visita del "loco" por el blog, no sería el pasado sino un nuevo disco. Desde la distancia he seguido su carrera en solitario. No es que me interesara gran cosa pero lo sigo respetando. Me atrae la construcción de un personaje a través de pura convicción o de cómo la impostura, en lugar de resultar ridícula o acartonada, gracias a una seguridad ya legendaria, se convierte en tolerable, casi en entrañable.
Sin embargo, hace un par de semanas, escuché sorprendido que Loquillo volvía a publicar disco, pero esta vez, junto a Sabino Méndez, el otro alma de los Trogloditas. Muchos fueron los desencuentros y los problemas que, probablemente acrecentados por la leyenda, quedaron aparcados para publicar "La nave de los locos". Este disco, formado por recuperados retales de los últimos años, sí lo escucharía. Y así es, lo sigo escuchando. Una obra digna. Claro, ahora detecto muchas taras que no veía con veinte años menos porque era menos exigente (verdaderamente es un pena perder inocencia y ganar cinismo), pero me es imposible juzgar con objetividad. Escuchar a la pareja genera en mí demasiada carga emocional.
Cuando adolescente, comencé a escuchar las canciones de Loquillo y Sabino, quería ser rocker, buscaba algo, no sabía muy bien el qué. Gracias a ellos y muchos más que llegaron después, sentí, nunca entendí -como todo lo verdaderamente importante en la vida, jamás se podrá explicar-, qué era ese rock and roll que, como escribió Sabino, para siempre conquistó mi corazón.
Además de "El rompeolas", otra canción del último disco sobre una época, que sinceramente creo más "auténtica" y que lamentablemente jamás regresará. De todas formas, es bueno sentiros ahí fuera, acompañándome como si nada hubiera cambiado en nuestras vidas y volver a escuchar un disco vuestro de nuevo por primera vez.
VAle
8 comentarios:
Loquillo es un grande.
Sabino siempre ha dicho que dejó el grupo, cuando estaba en lo más alto, porque tenía que apartarse de las drogas. Si sólo fue por esto, si fue por problemas de egos, etc. ya forma parte de la especulación, aunque puede que algo quede.
Siempre me interesó Loquillo, especialmente LP's como Morir en Primavera o La mafia del baile. Su irreverencia lo hizo un icono en la juventud, pero luego no soporté algo que le ha ocurrido a otros: "la conversión" en intelectual. Sólo se lo creen ellos, pero bueno. Garabateo un libro sin mucho interés (el resto lo hace el negro), 4 reflexiones pseudo-filosóficas, 2 sonetos insoportables con rima consonante, 3 artículos en periódicos totalmente vacíos y marchando. Y, por supuesto, que deje ya la historia de Aíto y el basket, por favor. Eso sí, casi se le perdona cuando suenan los acordes de, por ejemplo, Todo el mundo ama a Isabel.
Un saludo.
El porqué Sabino dejó los Trogloditas y los desencuentros con el Loco, están ampliamente detallados en el libro de Sabino, Corre rocker, una autobiografía donde cuenta lo que fue su vida en esos años turbulentos de drogas, sexo, rock y libros.
Después de leer ese libro, nunca pensé que fuera posible la reconciliación.
Con 14-15 años me fui a Marihuana y me compre mi primera camiseta rockera, era una de Loquillo... en ese momento no podía ser otra. Reconozco que tuve ( y usé) puntilleras, zapatos de gamuza , pantalones de pitillo y patillas.
De Loquillo todo de su primera época, pero en especial para mi, El rompeolas y Un hombre puede llorar ( en concreto el duo que se marca en una versión con Carlos Segarra).
Saludos chulo.
PERDIMOS LA INOCENCIA, EN PARTICULAR, ADEMAS, ARROBAS DE ALEGRIA E ILUSIONES, PERDI TRABAJOS, EL ROCK AND ROLL LO APARTE DE MI CAMINO, SOLO BEBO TINTO, SE ME CAYO EL TUPE, HE PERDIDO HASTA BARRIGA, PERO AUN CONSERVO MIS PATILLAS COMO EL PRIMER DIA, COMO HACHAS DE GUERRA QUE DEFIENDEN MI ESPACIO VITAL Y QUE AVISAN "CUIDADO CON EL PERRO". SIEMPRE FUI UN ROCKER.
Hostias, Txero, tendré más en cuenta tus patillas.
Pues ya los sabes tronco.
Ya veo que ya se puede formar hasta una tribu de tíos duros romanticones entrados en años y lágrima fácil, ja,ja.
Xocas, tú lo has dicho, compañero,
Carlos, otra forma de decirlo es que lo largaron con viento fresco porque la convivencia con un adicto era insoportable. "La mafia del baile" es uno de los primeros discos que escuché. Le tengo mucho cariño, es una pena que no esté en Spoty. Algún día pondré "Rock suave". Entiendo esa crítica al personaje pero es parte de lo que contaba en el artículo: esa actitud, esa pose para contar sus cosas, aunque muchas de ellas sean bastante superficiales, carga un poco aunque, coño, es Loquillo, se le tiene cariño, se le tolera pero no me pidas que lea "sus cosas".
Rafa, recuerdo las reseñas y comentarios sobre el libro. De haberlo visto me lo hubiera comprado. Es por eso, que después de todas las maldades que contaba Sabino en el libro, más me extrañó esa mañana en que los escuché juntos charlando en Radio 3, sobre la publicación de un disco juntos de nuevo.
Chulo, ya te imagino, te iría bien la estética y la actitud. A nadie mejor. Yo lo intenté con el tupé pero el poco pelo que tenía, pronto se me cayó y las patillas no me acababan de salir. Un drama en la época, ya te imaginas :)Después ya descubrí que el rock lo llevas dentro... para siempre.
Txero, aunque ya no escuchas rock and roll, siempre serás el más rockero. Aunque todavía estás a tiempo de volver al redil, tal vez dentro de unos años para orientar a César :) o reñirle, como tu madre hacía contigo.
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