viernes, 19 de agosto de 2011

En ebullición

Manos a la obra que hace mucho que no me meto en charcos y está el país a huevo. No sé si es algo que sólo me ocurre a mí pero tengo la percepción de que pocas veces había sentido tanta crispación en el país. Las discusiones y polémica por la visita del Papa, de nuevo los enfrentamientos Madrid-Barça, las Elecciones a la vuelta de la esquina, la maldita crisis que lejos de remitir, parece que aprieta, son como pequeñas chinas en el zapato, como llamas que tienden a calentar la olla más a presión que nunca. Si a todo ello sumamos el calor y los habituales horribles sucesos veraniegos, en ocasiones parece que España está a punto de estallar.

No sé si la situación es real o simplemente es un estado provocado por el reiterativo atizado que llevan a cabo los medios de uno y otro signo, cada día más sectarios, tontos y para tontos, persiguiendo transmitir el sentimiento correcto o el tono moral justo para tratar de descolocar al oyente escéptico.

Nos pasamos el día hablando de tolerancia y exigiéndola por doquier a nuestros semejantes pero es evidente que se encuentra en busca y captura. No tengo problema con la venida del Papa. He dicho. En ciertos ambientes se necesita arrojo para hacer esta afirmación. Hace tiempo que no me rasgo las vestiduras por nada que no me afecte directamente y no acabo de entender esa indignación general.

Por supuesto que no me considero modelo de nada pero básicamente creo que soy buena persona y sé que gran parte de mí procede de mi formación cristiana. No me sonrojo ni me duelen prendas en reconocerlo. Francamente considero que a muchos de los chavales que estamos amamantando no les vendría mal alguna de las recetas que a mí me endosaron y por las que no llego a sentirme traumatizado, por mucho que algunos “progres” de manual se empeñen. Supongo que también influye que adoro el arte y la música religiosa –no me metas ahí sólo el barroco, mete mucho soul y gospel que a veces se nos olvida-. Y sí, ya sabéis que uno de mis lugares preferidos es el interior de las iglesias.

Tal vez soy de la opinión de Marco Aurelio que consideraba la religión como elemento importante para la salud de una sociedad aunque íntimamente no creyera en los dioses. No llegaría a tanto pero pienso que aún estamos en un estadio intermedio. Nos falta un paso para encontrar el modo de conseguir transmitir esos ajados valores –qué pesadez, ¿cuántas veces al día escuchamos la palabrita?- a las nuevas generaciones desde los instrumentos de un estado laico totalmente desconectado de la esfera religiosa, para mí el único válido y posible. Ya sé que no es políticamente correcto pero yo sigo apostando por la disciplina, el respeto a la autoridad, el trabajo o el estudio, tan demodé hoy en día. Supongo que a la luz de cómo se entiende la educación actual, debo parecer un troglodita pero es lo que hay. Demasiado viejo para cambiar.

Por otro lado, la venida del Papa y su figura misma me parece un poco ridícula. Que un señor se encarne en representante de Dios en la Tierra y esté dotado de infalibilidad –con las que han preparado a lo largo de la Historia, ¡Por Dios!- es como de chiste -algo similar me ocurre con las monarquías-. Miles de personas agolpadas en las calles para recibir al Papa en plan estrella del pop me parece de vergüenza ajena pero ahí no entro. Por no hablar de que en general todo se antoja un poco “moñas” –esas guitarras…-, pacato o hasta kitsch –esa imagen de la chica vestida de faralaes recibiendo al Papa no tiene precio-. Pero bueno, allá cada cual con su vida. Totalmente respetable. Supongo que si conociera la obra de Ratzinger, lo admiraría como teólogo o filósofo.

En general, la Iglesia como institución, su papel histórico es simplemente terrible, por decirlo de forma suave. Como cualquier organización de tanto poder, arrastra corrupción, vicio, crimen y dolor hasta cotas insoportables a lo largo de los siglos.

En la actualidad no llego a comprender ese pertinaz retraso en condenar y apartar a pedófilos o en negar derechos a los homosexuales. Por no hablar del tema del uso del preservativo que me parece directamente de consecuencias criminales y hasta si me apuras, relevante penalmente en ciertos ámbitos geográficos.

Ese empeño en alejarse de la sociedad, reflejado en la pompa o el boato de los jerarcas me parece fuera de lugar. Por millones de personas que haya hoy en Madrid procedentes de todo el mundo, es evidente que las Iglesias están vacías y que la conexión con la sociedad actual española es nula. No tengo ningún interés en el tema pero como se sigan empeñando en negar la evidencia y no enmendar ciertas políticas como el celibato o el sacerdocio femenino, dentro de cien años cerrarán el negocio por falta de clientes. Por otra parte, la crisis y sus consecuencias no son mal caldo de cultivo para paliar esta dinámica. En situaciones desesperadas, la gente busca esperanza. Unos en las iglesias, otros dándole una hostia a un escaparate en las calles de Brighton para robar unas zapatillas o una consola.

Y aquí doy otro bandazo en mis argumentos y os cuento que a pesar de todo, gran parte del mensaje cristiano me parece positivo y trato de no olvidar separar a la jerarquía de la importante labor social que la iglesia más pedestre, ha llevado y lleva a cabo en muchas zonas del mundo. Ahí hay mucha gente convencida, fieles de base a los que respeto y que viven su religión de forma sincera y admirable por sus obras.

¿Guerras de religión a estas alturas? No en Pakistán sino en el centro de Madrid. Suenan los tambores marciales al son de los que se mueven los católicos y los “Indignados” aunque me temo que, tanto en uno como en otro bando, los que más ruido hacen, no representan a nadie.

Ahora ya no hay circo ni se arroja a los cristianos a los leones, los gladiadores modernos corren tras un balón arropados o asfixiados por las voces de cientos de miles de personas. Ahora no se hunden espadas en la carne de nadie, basta un dedo en un ojo. Una buena foto para retratar el estado actual de las cosas. Un impresentable metiéndote el dedo en el ojo. Mou está haciendo más por la desmembración de España que ETA. Este tipo es un fenómeno. A éste sí que le hacen falta valores o pedir perdón en esos confesionarios express que han montado en las calles de Madrid. Mou, vas a ir directito al infierno. Por malo.

Os dejo una canción de los New York Dolls, grupo punk antes del punk, "Crisis de personalidad", una verdadera ráfaga. A propósito, ¿no hay católicos punkies, heavies y demás? Seguro que Patti Griffin les gustaba a los de la JMJ pero a mí también me conquistó la música del diablo. Tal vez vendí mi alma como Robert Johnson.



11 comentarios:

davidiego dijo...

entrada redonda, de 10.

+1

Dani dijo...

No me importa la visita del Papa, es más, creo que es muy recomendable que la gente haga turismo, que viaje y vea otras cosas.

Lo que me preocupan las idioteces que dice y el caso que le hace mucha gente. Demasiada gente a demasiadas idioteces.

DavidP dijo...

Suscribo prácticamente la totalidad del post.
Entrada enorme, enhorabuena.

De acuerdo también en la cantidad ingente de idioteces que salen de su boca y la "marabunta" que las escucha. Pero esto es así.

No acabo de entender a toda esta gente, y sobre todo, el seguimiento cuasi-estrella de rock al que se le somete.
A lo peor los equivocados somos los demás.... no sé...

Claro que esto puede ser extensible a las megacelebraciones futboleras a las que ya nos hemos acostumbrado. Todo depende del color del cristal con qué se mire.

Saludos

DavidP

Redacció dijo...

Odio el fútbol actual, lo declaro a viva voz. Se quejan los 'progres' del gasto que supone la venida del Papa, pero si cuentas los millones de euros que se dan cita en medio del campo en un Barça-Madrid, posiblemente se podría traer al Papa dos veces al mes durante todo el año. Esta claro que el dinero del futbol no sale de las arcas públicas, pero casi, hay que tener en cuenta quien da los créditos a estos equipos mientras la mayor parte de los españoles no pueden conseguir una financiación en su justa medida, aborrezco el futbol. Del Papa coincido en que no hay para tanto, lo que más me duele es que un señor con tal poder de convocatoria no la aproveche para luchar contra las injusticias reales más que para servir al estado como instrumento para conseguir asegurarse el voto católico, llega, montan el numerito, y a casa, repugnante ¿no?. Excelente post.
Saludos

Pablo Cabeza dijo...

Estuve tentado en escribir algo parecido, pero mi blog suele dar más juego en otras canchas. Pienso exactamente como tú y me siento cómplice de tus pensamientos en voz alta.

Un saludo

Lou Rambler dijo...

Gran entrada. Siempre me da pereza ponerme a hablar de estos temas. Pero esta vez me has provocado. Así que ahí va:
Creo que los indignados están indignados estos días porque durante una semana otros han ocupado un espacio que ellos habían pretendido apropiarse y les han quitado protagonismo. Eso es todo.
Con la que está cayendo en España a nuestros políticos y gobernantes les convienen mucho estas tanganas que desvían la atención de los verdaderos problemas de nuestra sociedad, de los que ellos (y no el Papa ni los Indignados) son los verdaderos causantes. Por lo que no debe sorprendernos que usen sus medios afines (no hay uno independiente) para atizar las tensiones y mantener el circo.
En cuanto a lo que dice el Papa, una cosa es lo que efectivamente dice y otra la que los medios dicen que ha dicho tergiversándolo y sacándolo de contexto.
Lo del tema de los preservativos es una soberana estupidez de la que algunos se han agarrado durante los últimos años para ocultar toda la ingente labor social que hace la Iglesia en todo el mundo(y eso sí que son verdaderas y descomunales cifras de dinero que la gente ni se imagina, en comparación con la tontería del boato del que tanto de habla porque es lo que más se ve). Se dicen muchas tonterías sobre esta cuestión, al igual que sobre lo del celibato, los homosexuales, el sacerdocio femenino... que no son más que cuestiones menores pero que vienen muy bien como carnaza para evitar que se hable de lo que verdaderamente importa: valores y obra social. Pero ahí ya sería demasido largo responder.
La infalibilidad la tiene el Papa y todos los jefes de Estado y es cierto que es un concepto chocante, pero legalmente lógico y quizá más necesarío de lo que a primera vista pudiéramos suponer.
Como Chals también aborrezco el fútbol actual y todo lo que representa y lo que lo rodea. Sencillamente da asco. Pero es nuestro circo romano ¿A quién conviene?
Coincido contigo en lo del pensamiento cristiano. De hecho soy católico y nunca he tenido problema con ello, aunque no sea practicante. Creo que lo que importan son los principios. Lo que pasa es que aunque uno en principio pase bastante o mucho del tema y no le dé importancia, cuando uno empieza a sentir ataque, tras ataque, tras ataque, muchos de ellos gratuitos, injustificados y sin el más mínimo sustento lógico ni moral... como que ya empieza a estar hasta los cojones y comienza a hacer de aquello de lo que antes pasaba olímpicamente un bastión que defender y al que aferrarse.
Y llegamos a los valores: por muy trillada que esté la palabrita ese es el principal problema de nuestra sociedad actual, que sencillamente los ha mandado a la mierda y lo ha sustituido todo por la relatividad más absurda. Aquí hay miedo al compromiso, miedo a la disciplina y a la autoexigencia y miedo a mirarse al espejo, sobretodo eso.
Y para terminar: Yo soy punk, y heavy y rocker y lo que me eches. El Rock and Roll es mi verdadera religión.
He dicho.
Un abrazo.

Coco dijo...

Religión, educación, valores y, como siempre la virtud en el término medio. Tanto miedo me dan los católicos radicales como los ateos (o debería decirse anti-católicos) que no respetan las creencias de los demás. Tolerancia, otra palabra manida y que todos presumimos de tener en lo más alto de nuestra conciencia. A mi me gustaría gritar SENTIDO COMÚN. Crecimos toda una generación, justo antes de que se retirara el caudillo, educados en la religión católica y en la creencia de una grande y libre, pero, sobre todo, con la certeza de que si no hacías lo que tu madre te mandaba, si suspendías, si le jodías la vida a tu hermano o le robabas limones al vecino, tu padre te daba una hostia o te castigaba de verdad. Ahora las hostias son para los profesores, la Wifi para el que suspende todas, y la psicología barata para educar a los niños rebeldes que no saben encauzar sus energías. Ese sentido común bastaría para olvidarnos de la religión, de la moral, del Papa y de las monarquías, quizá hubiera bastado para que cientos de niños de papá (que no del Papa) no rompieran escaparates en busca de, o huyendo de ni ellos saben el qué. Y sí, como no podría ser de otra forma, soy católico por educación y cuando me preguntan me defino como cristiano. Me gusta pensar que Jesucristo de verdad hiciera lo que hizo y pensara como pensaba, me gustan sus valores y estoy seguro de que el preservativo, la homosexualidad (que nadie se olvide que este no es un problema católico), la pederastia (tampoco crea nadie que este también es exclusivo de la iglesia) y la mujer como ciudadano de segunda (que en Suiza no hace mucho que se les permite votar) y otras tantas cuestiones no estarían entre los quebraderos de cabeza de los creyentes porque se hubieran superado hace mucho tiempo. Y el sentido común (y la revolución francesa) se hubieran comido a las monarquías, y el senado dejaría de ser una sangría económica y una institución vana, y los jueces serían neutrales, y... Hablaba de SENTIDO COMÚN, y podríamos añadir el RESPETO, a la autoridad, a los mayores y a los que son o piensan diferente, y, sobre todas las cosas, LA EDUCACIÓN, infinitamente más importante que doscientas carreras universitarias de esas que coleccionan los que no tienen ánimo de (en ocasiones no pueden) trabajar.
No nos rasgaríamos las vestiduras por la venida del Papa (cada cual que piense y haga lo que quiera, Fidel Castro también se daba baños de multitudes, pero al final la calle y las iglesias nos muestran la realidad tal cual), Mourinho ya no sería entrenador del Real Madrid y Santillana sería mucho más famoso de lo que nunca será Cristiano (el nombre le viene que ni pintado) Ronaldo... podríamos seguir hasta el infinito y sería absurdo, sólo intentaré que mis hijos crezcan con esas cuatro cositas claras.

UN ABRAZO! Atalanta, lo siento, creo que me he dejado llevar. Tampoco yo estoy traumatizado, ¿demasiado viejo para cambiar? ¿por qué cambiar lo que bien está?

Phaeton dijo...

Mira que me puse a leer a Marco Aurelio el Verano pasado pero fue imposible porque no llevaba 40 páginas y me tuve que poner a arreglar algo, y en eso sigo, en lo de arreglar, digo.

Esa idea suya de ser más clerical que creyente, dicho así a lo bruto, me parece muy brillante, lástima que sólo valga para gente inteligente, y un poco cínica, para qué negarlo.

Sin entrar en otras consideraciones de mayor calado, de orden público podríamos decir, una "buena religión" tiene importantes ventajas estéticas y al menos nos ahorraría algunos disparates que están empezando a proliferar como los "bautizos o funerales laicos" Claro que para eso se necesita una "buena religión" ¿Lo es la nuestra? Ayyyy, funesto el día en que empezaron a meter las guitarritas y dejaron de sonar los órganos...

(Lo de nuestra esta puesto con toda intención)

fibiten dijo...

Está claro que en nuestro país somos muy pasionales. Me refiero a que todo nos lo tomamos a la tremenda. La religión, los toros, el fútbol, todo, absolutamente todo nos supera. La democracia destapa todas nuestras verdaderas emociones ya que nos creemos poseedores de una verdad que en ningún caso es absoluta.

Atalanta dijo...

Ya veo que este post ha gustado. Si es que os gusta la polémica. Gracias. Mañana leo los comentarios con calma y contesto. Saludos.

Atalanta dijo...

David, me alegro que te gustara, me alegro de coincidir.

Dani, con el eco adecuado el mayor disparate puede pasar por algo natural.

David, fútbol, fútbol... ya sabes que por estos pagos tampoco se adora al becerro de oro. Al menos esta tropa es pacífica. Gracias, dagal.

Chals, gracias. Los espectáculos de masas tienen rasgos comunes. Existe una especie de retroalimentación que invita a la gente a comportarse de forma extraña, a exponerse en público como jamás lo harían en privado. Supongo que ese comportamiento tribal tiene su lado bueno sobre todo porque se crea una energía tremenda. Lo malo es que casi siempre se utiliza para temas no muy elevados. Espero que de estas jornadas, muchas personas, obtengan la energía necesaria para luchar contra esas injusticias que comentas.

Pablo, sabes que te tengo por persona muy sensata. El hecho de coincidir no hace más que reafirmarme en mis posturas.

Lou, muy buena, ja, ja. Veo que te has quedado a gusto. Ahí queda tu reflexión. Sí creo que la Iglesia se merece mucho de los ataques que se le realizan aunque también pienso que hay un cierto sector de la "gente guay" que se dedica a ello porque es lo que debe hacer. Todos esos chistes y actitudes me parecen bastante banales y tontas pero me imagino que la mayoría no lo ve así y el mensaje, cual gota malaya, va calando, que al final es lo que se pretende.

Coco, muy buena aportación. Se nota que tú y yo venimos de la misma escuela. Suscribo totalmente tu comentario que es realmente casi un post.

Phaeton, ostras tú, es verdad. Mira se se había olvidado la tontería esa de los bautismos laicos. Parecen cosa de Muchachada. Por una vez y sin que sirva de referencia, estamos de acuerdo en estos temas. Echo de menos el comentario de Rodi. Lo estará madurando :)

Fibiten, bienvenido. Tal vez nuestra democracia sea demasiado joven y aún no estemos acostumbrados a tolerar el punto de vista, la opinión distinta. Siempre lo vemos como una agresión.

Gracias a todos por vuestros comentarios.