Capítulo de Puño Invisible.
A Serrat lo descubrí a finales de los ochenta, cuando en un piso de estudiantes rockeros, Víctor nos llegó a calzar la discografía completa de Serrat. Por principios, no es una edad propicia para la apertura de miras, la de la Universidad. O lamentablemente no lo fue la mía. Quieres ser, quieres referencias claras, buscas adaptarte a algo que ya has elegido previamente y salirse del trayecto elegido viene a ser algo así como contemporizar con el enemigo. Planteamiento que más tarde entenderás absurdo ya que la vida en esquemas, sin fisuras y contaminación siempre será menos vida.
Y hoy sé que Serrat, si decidiéramos sacar canciones de un cesto, y colocarlas en un plato de la balanza, no habría autor en español que soportara el peso de ¿diez? de sus mejores piezas, esas fugaces obras maestras de apenas un puñado de minutos capaces de desbordar corazones.
Por entonces, todos conocíamos muchas canciones de Serrat aunque jamás te pararas a escucharlas y prestarles la atención que merecían. El Romance de Curro El Palmo no. Y me llamó la atención. Pese a que me costara reconocerlo me pareció una maravilla. Supongo que debido a su peculiar estilo y tono, creía que se trataba de una versión. Víctor me dijo que era original y ya ahí se fue ganando mi respeto el amigo. Ahora tengo la impresión de que esta canción es más reconocida y tiene el prestigio que se merece, entre lo mejor del catalán.
La dura travesía en una España de malos tiempos para un desgraciado traspasado por la fatalidad, por la peor condena, la de un amor de película sin principio ni final feliz, irrenunciable y cruel por imposible, un amor insano y autodestructivo, un amor que sin embargo, revienta de limpio en cada estribillo
Una suerte de homenaje a la copla clásica española -hay unas cuantas joyas por ahí rondando que seguro algún día aparecen por aquí- con alguno de esos versos que lo dicen todo en un par de líneas, de los que solo son dueños los maestros de verdad, capaces de dibujar desde el amor más puro y loco a la gracia triste del desprecio por una Carmen de posguerra.
En primer plano una templada y tranquila voz con la difícil misión de retratar las emociones más intensas, por un lado la pena, por otra la pasión. Detrás, una austeridad formal que es menos de la que parece. Pocas veces un autor se acerca tanto a lo que pretende, los más grandes más a menudo. Es una complicada tarea la de casi parar el mundo con una historia inventada.
Vale.
5 comentarios:
Ay,,
Mis recuerdos con Serrat van asociados a jugar con los cromos de fútbol en casa de un primo. El Romance del Curro Palmo es una de esas canciones de Serrat tocadas con una varita mágica, quizás la más tocada, con eso te puedes imaginar lo que siento por este temazo.
MIra los rockerillos... :)
yo cuando salgo a correr sólo escuchar una versión de Antonio Vega
Tínez, para correr hay que ponerse algo más hardcore :). Bienvenido.
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