Back on the run. Con cinco días de entrenamiento contados desde el fatídico día, desde el 13 de Julio, desde Roth, volvemos a la carga. ¿Objetivos? Bueno, pues si me hubieras preguntado hace cuatro días, te hubiera dicho que bajar 3:45 para mí era suficiente. Cumplir cómodamente con el expediente y otro al bote. Uno de los últimos que restan. Pero bueno, a pesar de la falta de entrenos, no me he notado mal y aunque no he pasado de 11 kms., confío en bajar de 3:30. No tengo malas sensaciones. Supongo que al final acusaré la falta de fondo pero espero no entrar en barrena. A la dureza propia del maratón, en esta carrera hay que unir la más que probable soledad durante gran parte de la carrera. No creo que lleguemos ni a los cincuenta participantes, pero un reto es un reto. Si se ha decidido hacer todos los maratones de España, éste tampoco puede faltar.
Estos últimos cuatro días he recuperado el hábito de entrenar y me he reencontrado con la agradable y familiar satisfacción tras el esfuerzo físico. No es que esté pasando por mi mejor momento anímico. De crío amaba los veranos. Ahora simplemente los odio... y eso me cabrea. A los previsibles y crecientes agobios laborales se unen los de otra índole que no hacen más que meterte áun más en el pozo y encerrarte en ti mismo. Menos mal que cenas como las de anteayer en el río con los Villis y los Musos son la mar de reconfortantes.
Ahora mismo estoy deseando salir del despacho y ponerme a correr y nadar y que el dolor sea capaz de mitigar durante unas horas la maldita niebla que últimamente siempre me acompaña. Estoy deseando llegar al km. 30 del maratón, enfrentarme con el muro una vez más…. arrepentirme una vez más del tipo de deportes que amo y practico… y tras acabar, decidir,una vez más, que adoro este suicida estilo de vida.
“La resignación es un suicidio cotidiano”
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