Seguimos con la serie.
2 de Mayo de 1972, otra de las grandes fechas en la pequeña historia del rock and roll, ese día Bruce Springsteen, acompañado de su manager Mike Appel, entra nervioso en el despacho de John Hammond para una audición. John Hammond es una eminencia en el mundo discográfico. Había descubierto a Dylan y contratado para la CBS a Count Basie, Billie Holliday, Pete Seeger o Leonard Cohen. Ante el bochorno de Bruce, Mike espeta desafiante al directivo:
“Eres el tipo que descubrió a Dylan, ¿verdad? Bien, queremos saber si eso fue suerte o si realmente tienes oído”.
Sólo fueron quince minutos, “Growing Up” y “It´s hard to be a saint in the city” Quince minutos para cambiar la historia de una vida, para cambiar la historia del rock and roll, para cambiar la vida de generaciones.
Hammond, ya mal predispuesto por la necedad de Appel, tuvo que plegar y aceptar que era testigo de una de las pocas oportunidades que se presentan en la vida. Fascinado por el cantante, concretó aquella misma noche un pequeño concierto para varios directivos más en un club de Nueva York.
Bruce firmó el ansiado contrato con una de las compañías más importantes del país y el 5 de Enero de 1973 se publicó su primer disco, “Greetings from Asbury Park, N.J.”, usando como portada una postal del paseo marítimo de su ciudad.
La formación es la siguiente: Vini López a la batería, Garry Tallent al bajo, Clarence Clemons con el saxo y David Sancious a cargo de piano y teclados.
Tanto CBS como Mike Appel, lo quieren presentar como el nuevo Dylan, encuadrarlo dentro del folk pero él se siente rockero y no da su brazo a torcer, mostrando el pipiolo los primeros visos de su fuerte personalidad.
Si tuviera que calificar el disco con una sola palabra, usaría “torrencial”. En consonancia con la prodigiosa fertilidad del cantante por aquellos días, da la impresión de que, tanto en cada canción como en el conjunto de la obra, se pretende contar demasiado en muy poco espacio.
Hay gotas de folk, de rock, de soul con múltiples influencias de músicos varios. Las palabras e imágenes surgen a borbotones en algunas letras muy extensas, preñadas de cuadros surrelistas, tomadas de los desheredados de la calle o de películas de una de las etapas más brillantes de la historia del cine.
Hay canciones desnudas como “Mary Queen of Arkansas” o “The Angel”, verdaderos pelotazos como “It´s hard to be a Saint in the City”, “Spirit on the Night” o “Growing up”, canciones intensas como “Lost in the Flood” y singles por los que otros hubieran matado como “For You” o “Does this Bus Stop an the 82nd Street?”.
El disco es muy bueno, conforma un fresco ágil y variado pero es errático. Bruce no ha encontrado su propia voz y el camino a seguir. Como ya describí, volverá a experimentar en su segundo disco hasta llegar a buen puerto en su tercer intento en 1975, el disco con el comenzará verdaderamente a ganarse sus galones.
El disco obtuvo buenas críticas pero pasó desapercibido; solamente vendió 20.000 copias.
Ante esta tesitura, acuciado por la responsabilidad y dudando por primera vez sobre el camino elegido en la vida, Bruce se lanza a hacer lo que más le gusta y reconforta, tocar rock and roll. Toca a diario, sobre todo en locales de la costa este, durmiendo cual vagabundo en furgonetas y hoteles de mala muerte. Actúa de telonero para bandas en boga como Eagles, Beach Boys o Jackson Browne. Hay dos recitales que le marcan especialmente. Uno para mal, en el que es ignorado e incluso abucheado por el adocenado público de Chicago, la principal banda de la noche –me pregunto qué pensará alguno de aquellos merluzos que a día de hoy probablemente tenga toda la discografía del Jefe-. Otro para bien, en el que se hace cargo de la guitarra en la banda de Chuck Berry, una experiencia inolvidable para él.
Gracias al boca a boca, la base de fans seguirá creciendo. Ante las críticas de la compañía, Apple, dueño de una fe inquebrantable –que ya veremos cómo le llevará por mal camino-, responde:
“Recordad esto: Bruce Springsteen no es un simple evento del rock. Es una religión”.
El tiempo le dará la razón.
Os dejo tres vídeos: “It´s hard to be a Saint in the City” de la gira de 1975, la versión ya más recargada y actual de la melodramática “Lost in the Flood” y sobre todo un incunable de 1972 en acústico, “Growing Up”. Los albores de una leyenda.
8 comentarios:
A este disco le tengo un cariño especial, porque fué el primero que me pillé de Bruce, y me refiero a formato original. Siempre me pareció que tenía un toque añejo y de poca producción y en plan casero que me encantaba y aún hoy lo sigo disfrutando un montón. Enorme disco. Me quedo con Growin' up, For you, spirit in the night e It's hard to be a saint in the city.
Saludos.
Yo soy de los que lo descubrí con el glorioso Born to run. Cuando nos interesamos por sus dos discos anteriores, nos quedamos algo decepcionados. Visto en la distancia, este disco es, y se nota, un tanteo de lo que vino después, pero con temas tan fantásticos como los que nombras y los que has puesto. A pesar de todo, indispensable para conocer y valorar la evolución de Springsteen.
Estupenda tu serie.
Un abrazo.
Supongo que también me pasa com a la gran mayoría, le descubrí con Tunnel Of Love y luego con el Darkness, hasta ahora mi favorito, para luego mirar atrás y descubrir sus origenes. Me gustan mucho sus dos primeros discos, aunque nunca salgan en ninguna lista. Lost In The Flood me continúa emocionando como el primer día, y Spirit in The Night suena a ciudad a tugurio a humo y conciertos en garitos. Fue un gran comienzo. Me gustó mucho la reseña.
Saludos
Savoy, cuando yo lo empecé a oir no te creas que me convenció mucho pero poquito a poco se me fue metiendo y ahora es uno de los de Bruce a los que regreso más habitualmente. Ahí dentro hay joyitas.
Paco, gracias, me alegro que te guste. Si venías de "Born tu Run", es normal que te sintieras decepcionada pero aquí ya se detectan los rastros de su grandeza posterior. Me parece indispensable para valorar el conjunto de su obra.
Txals, no fue un inicio deslumbrante pero sí muy prometedor. Bien dices, siempre se señalan otros temas pero "Lost in the flood" es pata negra.
Amen! para cuando un trono con la imagen del Boss?
un abrazo
Mi primer Bruce fue Nebraska cuando salio! Sgue siendo mi favorito1
Gran disco con grandes canciones, descubri a Bruce con "Born in the USA" y no recuerdo con quales segui, però este fue de los primeros y es de los que más veces he escuchado...solo por Growin'up y Lost in the flood ya se merece un sitio entre los mejores de Bruce
Tsi, ya le ha llegado alguno pero más palos le tienen que llegar. Al Boss hay que exigirle más de lo que nos ha ofrecido en sus dos últimos discos.
Bruce, es un disco un poco deslavazado pero mucho mejor de lo que parece a primera vista. Ahí hay ya claves del imaginario "springstiniano".
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