Con esto del blog, a lo largo del día se te ocurren temas sobre los que escribir. Ahora mismo tengo enfrente de mí a Amélie Poulain sonriéndome desde el otro lado de la pared. Bien, ¿Por qué no?
2001. ¿Tanto tiempo ha pasado ya? Supongo que a todos nos pasa. Cuando tanto la gente como los medios hablan con entusiasmo de lo buena que es una peli, un libro, un disco, en muchas ocasiones nuestras expectativas, demasiado elevadas de antemano, no se ven colmadas. Aquí no ocurrió. La película me pareció maravillosa y me sigue pareciendo genial después de haberla vuelto a ver anoche…una vez más.
Desde el principio dejar claro que entiendo perfectamente a las personas que rechazan esta película, que le parece ridícula por la multitud de elementos fantásticos que la adornan. Yo no soy quien para corregir a nadie pero tal vez deberían pensar que no se trata más que una fábula, un cuento. No me digáis que también vais a rechazar “Cien Años de Soledad” y todo el Realismo Mágico porque llueven flores amarillas. Aunque cada uno es como es y la frontera entre el ridículo y la obra maestra en ocasiones es muy delgada.
No se puede separar Amélie de una estética, la que tan bien se refleja en el cartel: esa luz, esos colores, motivados por la utilización de filtros que proporcionan esa extraña atmósfera y de la que tanto gusta Jean Pierre Jeunet, autor de Delicatessen, de La Ciudad de los Niños Perdidos o del cuarto Alien (serie que también merecerá su capítulo en el blog). Son autores con una personalidad propia, un universo personal relacionado con los sueños y miedos infantiles Algo parecido a Tim Burton.
Al igual que las imágenes de Burton requieren la especial música de Danny Elfman, lo mismo le ocurre a Amelie, unida para siempre a la peculiar banda sonora de Yann Tiersen, un verdadero acierto. Confieso que las primeras escuchas del bretón me provocaron asombro por el parentesco con la música de Michael Nyman. ¿Homenaje o plagio? Después sí me reconcilié con el y aprecié la riqueza de sus discos donde se mezcla tanto música popular, como clásica, influencias de la “chanson” además de efluvios de más árido rock independiente dentro de cuya escena cómodamente se aposenta, colaborando habitualmente con Dominique A, Stuart Staples (Tindersticks), Neil Hannon (The Divine Comedy), Noir Desir o Françoise Breut.. Multiinstrumentista virtuoso (violín, piano, guitarra, acordeón), del que disfruté un gran concierto en un Festival de Benicassim.
2001. ¿Tanto tiempo ha pasado ya? Supongo que a todos nos pasa. Cuando tanto la gente como los medios hablan con entusiasmo de lo buena que es una peli, un libro, un disco, en muchas ocasiones nuestras expectativas, demasiado elevadas de antemano, no se ven colmadas. Aquí no ocurrió. La película me pareció maravillosa y me sigue pareciendo genial después de haberla vuelto a ver anoche…una vez más.
Desde el principio dejar claro que entiendo perfectamente a las personas que rechazan esta película, que le parece ridícula por la multitud de elementos fantásticos que la adornan. Yo no soy quien para corregir a nadie pero tal vez deberían pensar que no se trata más que una fábula, un cuento. No me digáis que también vais a rechazar “Cien Años de Soledad” y todo el Realismo Mágico porque llueven flores amarillas. Aunque cada uno es como es y la frontera entre el ridículo y la obra maestra en ocasiones es muy delgada.
No se puede separar Amélie de una estética, la que tan bien se refleja en el cartel: esa luz, esos colores, motivados por la utilización de filtros que proporcionan esa extraña atmósfera y de la que tanto gusta Jean Pierre Jeunet, autor de Delicatessen, de La Ciudad de los Niños Perdidos o del cuarto Alien (serie que también merecerá su capítulo en el blog). Son autores con una personalidad propia, un universo personal relacionado con los sueños y miedos infantiles Algo parecido a Tim Burton.
Al igual que las imágenes de Burton requieren la especial música de Danny Elfman, lo mismo le ocurre a Amelie, unida para siempre a la peculiar banda sonora de Yann Tiersen, un verdadero acierto. Confieso que las primeras escuchas del bretón me provocaron asombro por el parentesco con la música de Michael Nyman. ¿Homenaje o plagio? Después sí me reconcilié con el y aprecié la riqueza de sus discos donde se mezcla tanto música popular, como clásica, influencias de la “chanson” además de efluvios de más árido rock independiente dentro de cuya escena cómodamente se aposenta, colaborando habitualmente con Dominique A, Stuart Staples (Tindersticks), Neil Hannon (The Divine Comedy), Noir Desir o Françoise Breut.. Multiinstrumentista virtuoso (violín, piano, guitarra, acordeón), del que disfruté un gran concierto en un Festival de Benicassim.
En resumen, para mí una película mágica. ¿Por qué no puede ser válida la moraleja del cuento hoy en día? No perder la ilusión, no darse por vencido si no queremos que nuestro corazón se vuelva seco y quebradizo.
¿Cómo no nos va a caer bien a nosotros, una tropa de raritos, Audrey Tatou (papel rechazado por Emily Watson)? Una rarita que vive en su propio mundo.
P.D. En la excursión al Maratón de París, un fetichista como yo, no podía dejar pasar la oportunidad de tomar un cafè en “Les Deux Molins”, en el Barrio de Montmartre.(Foto de Ironmanu e Indiegirl). Lamentablemente no nos sirvió Amelie.
¿Cómo no nos va a caer bien a nosotros, una tropa de raritos, Audrey Tatou (papel rechazado por Emily Watson)? Una rarita que vive en su propio mundo.
P.D. En la excursión al Maratón de París, un fetichista como yo, no podía dejar pasar la oportunidad de tomar un cafè en “Les Deux Molins”, en el Barrio de Montmartre.(Foto de Ironmanu e Indiegirl). Lamentablemente no nos sirvió Amelie.
“Sin ti las emociones de hoy serían sólo la piel muerta de las pasadas”
7 comentarios:
"Confieso que las primeras escuchas del bretón me provocaron asombro por el parentesco con la música de Michael Nyman. ¿Homenaje o plagio? "
Yo es que soy de la estirpe sanchopancesca, y esto me trae a la memoria un refrán: "Quien roba a un ladrón...". Resulta que Nyman tiene la costumbre de "homenajear" mucho, pero mucho mucho, a Purcell.
Compadre, ya sabes, que Amèlie Poulain es una de mis debilidades y yo no soy precisamente dado a fetichismos ni "idolatramientos".
Simplemente DELICIOSA.
Y por cierto, dejando a un lado momentáneamente estos mundos oníricos, una merendola la de hoy de categoría.
Perdona nuevamente por "contaminar" tu blog con comentarios tan mundanos, jajajaja.
No lector, de ésos temas el erudito eres tú... Yo siempre aprendiendo. Como una esponja. Ya me pasaras algo de Purcell.
Ciego, eres un perro, yo después de bajar del Pozo de los Moros (gemelo resentido, cachis), ducha, cena en despacho y a las diez entrando al Pleno más concurrido de mi vida profesional. Lo bueno era que como había tanta gente, hacía un calor del demonio con lo que antes de las doce habíamos acabado y nos dio tiempo a tomar un par de cervezitas en las terrazas. Eché de menos no poder estar en el festejo.
Para mí (y ya sé que una vez más me vais a tachar de radical) es tan difícil de entender que a ciertas personas no les guste Amelie, como que les gusten los toros... Durante un tiempo fué mi "pregunta de guerra" cuando intentaba ligar con alguna chica, y para mi sorpresa, descubrí que no le gustaba a casi nadie. En casos así, utilizo siempre otra frase peliculera de las mías: "No es que yo sea diferente; es que vosotros sois todos iguales". Taluego!
Así nos ha ido siempre en el tema del ligoteo...con esas tácticas, si es que no había manera.
Citando a Clemente sobre los raritos:
"Lo de estar chalao parece que depende de cuántos piensen que estás chalao y la opinión de la mayoría no por "abuso democrático" tiene por qué estar en lo cierto. Si estamos chalaos, a mí que no me curen, que estoy bien así."
"PER ASPERA AD ASTRA"
Para un objetor no resulta esto un tanto marcial ¿no?
Aparte de que me encanta el significado de la frase: "A las estrellas por caminos duros" o "Es difícil el camino que conduce de la tierra a las estrellas", ahí se juntan muchos temas que me apasionan: Séneca y los estoicos, la RAF, la carrera espacial...Perfecta.
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